Jue 25 Jun 2009
EL PAIS.COM
Habrá controles de alcoholemia y de consumo de drogas en la obra. Serán totalmente voluntarios y tendrán el anonimato garantizado. Y los resultados no podrán ser utilizados por la empresa como arma para el castigo disciplinario, sino con carácter preventivo. El objetivo de la iniciativa es conocer el alcance del problema del consumo de sustancias psicotrópicas en sectores como la construcción, envueltos por una auténtica leyenda negra vinculada a la abundante precariedad laboral, la excesiva temporalidad y hasta, en ocasiones, la exclusión social.
Que debe actuarse por esta vía es ya objeto de consenso entre el Departamento de Trabajo -siempre que haya acuerdo entre los agentes sociales-, los empresarios de la construcción -que llevan años insistiendo en los controles antidopaje- y los sindicatos, tradicionalmente muy reticentes a ellos. Ahora, éstos se muestran abiertos a la medida, pero con una condición adicional a la garantizada confidencialidad de los datos y a la ya citada voluntariedad: que no sea una política aislada, sino un ingrediente más dentro de un paquete de medidas que intenten afrontar el conjunto de retos de la construcción, como una formación insuficiente, el exceso de temporalidad y precariedad, la definición de tareas de delegados territoriales que fiscalicen que las medidas de prevención o las dificultades de integración de los trabajadores inmigrantes, muy numerosos en el sector, por su desconocimiento del idioma.
Estas medidas se discuten en la mesa contra la siniestralidad laboral en la construcción de Cataluña, que se constituyó a finales de 2007 para combatir la siniestralidad en esta actividad, según confirman fuentes empresariales, sindicales y de la Generalitat, que quieren sellar un pacto este julio para aplicarlo en seguida.
"No podemos hacer demagogia con un tema tan sensible, como ha venido haciendo a menudo la patronal", opina Narcís Riera, responsable de la Construcción de UGT de Cataluña, convencido de que "no se puede generalizar" sobre el exceso de alcohol entre los obreros de la construcción.Sentarse ante el ordenador del trabajo con unas copas de más puede generar sopor, torpeza o dificultades de concentración. Pero la falsa seguridad y la pérdida de precisión pueden tener consecuencias mucho más graves para un trabajador subido a un andamio, sobre todo, si el empleado carece de formación suficiente.
El problema hace años que se aborda desde los departamentos de Trabajo y Salud, que en 2002 firmaron el Convenio de Prevención y Tratamiento de las Drogodependencias en el Ámbito Laboral. "Nuestra idea es prevenir, conocer la realidad. Sobre todo, realizaremos campañas de sensibilización continuada, pero también queremos estudiar la realidad y objetivar el problema. Es en este marco en el que se realizarán pruebas piloto voluntarias y del todo confidenciales", explica Jaume de Montserrat, subdirector general de Seguridad y Salud Laboral de Trabajo. No está aún definido cómo se harán los controles, para no infringir derechos constitucionales. "Nunca podrá conocerse la identidad de la persona", subraya Narcís Riera.
"El alcohol es un tema tabú. Al menos, lo ha sido hasta ahora. Pero hemos avanzado mucho en las negociaciones y los sindicatos aceptan ya que se hagan operaciones piloto para que se puedan realizar comprobaciones sobre consumo de sustancias psicotrópicas", señala Rafael Romero, presidente de la Cámara de Contratistas de Obras de Cataluña (CCOC), muy crítico con la "focalización exclusiva en la empresa de la responsabilidad de la lucha contra la siniestralidad laboral" que, a su juicio, se produce en Cataluña. Así, añade, "la empresa se esmera más en poder documentar la prevención de riesgos que en aplicarla. Eso no favorece un cambio de actitud del trabajador".
¿Actitud? La última encuesta sobre causas de siniestralidad laboral del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo concluyó en 2006 que el 47% de víctimas relacionaba su percance con un "exceso de confianza".
"Quienes no vigilan lo hacen más por no saber que por no querer. Cuando un trabajador tiene información y formación, es el primero que vela por su seguridad. Ante el exceso de confianza, hay que intentar no bajar la guardia", añade Montserrat. "En este sector hace falta mucha pedagogía. La concienciación sobre los riesgos es algo nuevo, y tememos que, con la crisis, las empresas aún inviertan menos en seguridad", confiesa el sindicalista. De la disgregación y desprotección del sector dan idea datos como éste: de 100.000 nuevos desempleados de la construcción, sólo 7.000 corresponden a despidos colectivos en un puñado de empresas. El resto pasa por no renovaciones de contratos y despidos individuales, dicen los sindicatos.
Los últimos datos de siniestralidad, de mayo, confirman un descenso de los accidentes del 21%, tanto en ese mes como entre enero y mayo respecto del mismo periodo de 2008. La bajada, más acentuada en el caso de los accidentes graves (-30% en el dato acumulado), no se dio, sin embargo, en los mortales: este mayo se produjeron el doble que en mayo de 2008, y sólo hubo un 5,2% menos en los primeros cinco meses respecto al mismo periodo de 2008.
ARIADNA TRILLAS - EL PAIS.COM