Pavimentos de madera: preparación del soporte y tratamiento superficial. RS-3

pág. 3 DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN REVESTIMIENTOS – Pavimentos de madera: preparación del soporte y tratamiento superficial (Rs-3) En estas situaciones, pueden existir problemas en caso de tener que hacer fijaciones mecánicas (p.ej. cuando hubiera que colocar rastreles clavados para entarimados), las baldosas pueden resultar demasiado duras o provocarse roturas en ellas. En caso de tener que adherir sobre éstas (p.ej.: en parqué), es fácil que se presenten dificultades de pegado. Así, para conseguir la penetración del adhesivo, deberá lijarse mecánicamente la superficie de estos solados, quedando un plano visto sin ceras ni esmaltados, obteniéndose al final un área de apoyo con poros abiertos. Cuando esta operación no fuera suficiente, habría que recurrir a la aplicación de un potenciador de adherencia para asegurar el pegado, en cuyo caso habría que comprobar que dicho producto es compatible con el adhesivo a utilizar después. ➢ Solera previa de mortero de cemento Antes de verter el mortero sobre el forjado1, el mismo deberá estar carente de grasas u otros elementos no deseados. El espesor habitual de la capa es de 4cm o 5cm, si bien ésta deberá ser mayor en el caso de tener que incluirse tuberías por la existencia de un suelo radiante o de otro tipo de instalaciones. Es interesante incluir fibras u otros tipos de refuerzos en la composición de la mezcla para reducir la fisuración. Una vez concluida la ejecución de la solera, se deberá proteger su superficie para resguardarla de heladas, calor y desecación excesivos, corrientes de aire, etc. Cuando se vaya a proceder a la disposición del pavimento de madera, deberá comprobarse el contenido de humedad de la solera, al objeto de que la misma no sea superior al 2%-2,5%, según indica la UNE-56810. Este aspecto es sumamente importante, porque en caso contrario, el exceso de humedad se trasvasaría a la madera del pavimento y aumentaría en varios grados el contenido de humedad de las tablas, tablillas o lamas, lo que provocaría serios problemas más tarde. En condiciones climatológicas intermedias o de temperaturas poco extremas, una solera de 4cm de mortero de cemento puede tardar sobre un mes para secarse, aprox. Si estamos en un verano caluroso esto se reduciría a pocas semanas, y si estuviéramos en un invierno lluvioso se prolongaría -incluso- durante varios meses. Si fuera necesario acortar los tiempos se puede estudiar la colocación de estufas de secado, dirigidas y orientadas hacia las áreas a tratar. Al final del fraguado, la solera de mortero debe estar lo suficientemente estable y cohesiva para que conforme un soporte adecuado; es decir, ser compacta y no disgregable (de lo contario podríamos usar productos2 ‘consolidantes’). Pero también, la solera debe poseer la necesaria planeidad y horizontalidad; por tanto, no tener resaltes ni rehundidos, al tiempo que no contener desniveles (parciales o totales). Para evaluar estos aspectos, se podrá utilizar un martillo, una rasqueta o una regla de 2m, según el parámetro a inspeccionar. Si el resultado de estas comprobaciones fuera negativo, valoraríamos añadir ‘pastas niveladoras’, cuyo propósito es solventar las irregularidades existentes y proporcionar una buena superficie3 de apoyo (misión nivelante y misión rellenante). Si durante el proceso de fraguado hubieran aparecido fisuraciones (aberturas de cierta consideración o en bastante número), deberán sanearse y repararse utilizando los productos que existen para tal fin: ‘reparadores de fisuras’. Según el grosor que tengan dichas aberturas, pueden emplearse en forma líquida o en pasta. Evidentemente, nunca deberán introducirse en aquellas juntas que sean de dilatación. De igual modo, antes de la disposición del pavimento, deberá retirarse el polvo y los restos de pinturas, serrín, yeso, aceite, pastas utilizadas para los sistemas PYL, u otros, que pudieran existir. Todos los aspectos antes indicados son más importantes de conseguir cuando haya fijación mecánica sobre el soporte, y especialmente, cuando el pavimento de madera esté pegado a la solera de mortero. Las distintas mezclas antes expresadas (‘consolidantes’, ‘pastas niveladoras’ y ‘reparadores de fisuras’), deben ser compatibles con los siguientes productos que pudieran aplicarse después en la instalación de los parqués: potenciadores/favorecedores de adhesión al soporte (‘primers’) y adhesivos de unión. 1 Colocación de aislamiento: En función de lo que prevea el proyecto puede considerarse colocar unas planchas de aislamiento sobre el forjado (por ejemplo, de poliestireno extruido) antes de verter el mortero de cemento. En este caso, se recomienda que el espesor mínimo de la solera sea unos 5cm y que además a ésta se le incluya un mallazo de acero en toda la superficie. 2 Utilización de productos ‘consolidantes’: Se trata de unos líquidos que están diseñados para usarse en aquellas soleras que no tienen la necesaria dureza y/o cohesión para conformar una superficie de soporte con condiciones óptimas. Una de sus características es su alto poder de penetración en la masa de la solera. Cuando se utilicen, deben aplicarse antes de las pastas niveladoras. 3 Cara superficial de la solera de mortero de cemento: Cuando se coloque parqué no conviene que se alise demasiado la solera de mortero (y menos mecánicamente). Puede ser conveniente quedar cierta rugosidad a la superficie de contacto con la cola de la madera, al tiempo que se evite también que un exceso de lechada se concentre en la parte superior de la misma. Estas consideraciones no deben ir en contra de la consecución de una adecuada planeidad y nivelación. Fig. 5: Deficiente proceso de ejecución de una solera de mortero de cemento para soporte de asiento de un pavimento de madera.

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