Indicaciones base para la realización y levante de las tabiquerías de ladrillo. PL-1

pág. 2 DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN PARTICIONES – Indicaciones base para la realización y levante de tabiquerías de ladrillo (Pl-1) -Fisuraciones: 70% (de origen constructivo –46%– ; en acabados –24%–). -Humedades: 23% (por condensación –15%– ; por capilaridad –8%–). -Diversos: 7% (falta de planimetría –6%– ; manchas y suciedad –0’5%– ; …). En relación con las causas, la mayor parte de ellas tienen que ver con condiciones incorrectas de disposición (más de la mitad de las ocasiones) y con las ausencias y deficiencias (casi 1 de cada 4 veces). Si desglosamos y concretamos específicamente cuáles de los 16 tipos de causas determinadas intervienen en mayor medida en los procesos patológicos más usuales (sumando las 3/4 partes del total), tenemos las siguientes 5 causas (porcentajes expresados en números redondos): -Incorrecto enjarje de los paños: 37% -Ausencia/deficiencia de ventilación: 12% -Ausencia/deficiencia de emparchado en elementos estructurales: 9% -Ausencia/deficiencia de juntas constructivas o de dilatación: 9% -Incorrecto recibido de la carpintería: 8% RECOMENDACIONES TÉCNICO-CONSTRUCTIVAS Nos centraremos aquí en las particiones interiores realizadas con ladrillo cerámico de tamaño tradicional (pequeño formato), que no tengan capacidad portante, sino solamente la misión de separación. ❖ Clasificaciones de las particiones de ladrillo Hay un número importantísimo de consideraciones y conocimientos sobre las fábricas de ladrillo utilizadas en los cerramientos exteriores, que son de aplicación a las particiones interiores (tanto en aspectos de concepción, como de ejecución, de utilización o clasificación del material). Al objeto de no reiterar los mismos, se emplaza al lector a acudir a la monografía ‘Documentos de Orientación Técnica en Fachadas’ escrita por el mismo autor y patrocinada también por la Fundación Musaat. ➢Clasificación de los ladrillos No existe un convenio generalizado, uniforme y obligatorio que asocie formato, diseño y dimensiones exactas de los ladrillos con una denominación o palabra específica, exclusiva y excluyente (y, además, asociada a una categoría de partición). No obstante, sí podemos recurrir a una clasificación básica de éstos en función del número/porcentaje y ubicación de huecos en las piezas1, como puede ser: ladrillo hueco simple, ladrillo hueco doble, ladrillo hueco triple, ladrillo hueco cuádruple, ladrillo perforado y ladrillo macizo (consultar también el Documento Ff-3). A partir de aquí, entran en juego otras consideraciones, como por ejemplo, que a los ‘hueco simple’ que son muy estrechos se les llame rasilla, o que aquellos ladrillos que tengan una mayor dimensión de les denomine ‘gran formato’. Atendiendo a otros parámetros, podemos clasificarlos como ladrillos toscos o no vistos (aquellos que recibirán un revestimiento posteriormente) o ladrillos vistos (aquellos cuya cara quedará a la vista, y normalmente, con un acabado y una terminación más cuidada). Los ladrillos perforados2 y macizos son los únicos que pueden ser ‘cara vista’ (no existen ladrillos huecos de esta manera), al igual que también pueden ser de unas variantes específicas que les proporcionan otras prestaciones (hidrofugados, esmaltados, …). Las dimensiones de los ladrillos en España corresponden habitualmente a dos estándares genéricos, que son el ladrillo métrico y ladrillo catalán; pero éstos también tienen varias posibilidades según sean perforados, hueco sencillo, hueco triple, etc. Teniendo en cuenta las distintas dimensiones que pueden obtener para cada una de estas variantes y las combinaciones entre ellas (diferente soga, tizón y grueso), existe una excesiva heterogeneidad de formatos. Entendemos que debería homogeneizarse mucho más este material, tal como ocurre con otros. Así, alguna de las dimensiones de los ladrillos las encontramos con diferencias muy pequeñas (de 0,5cm o de 1cm) dentro de una misma categoría, por lo que es conveniente que se consensuara una única longitud de uso por tipo. En el mercado hay en total más de 50 combinaciones posibles. 1 Grosores de los ladrillos huecos según su nombre: No existe una asignación única y obligatoria que asigne un nombre a un grosor en concreto; es más, para cada nombre existe una horquilla de diferentes gruesos que se consideran dentro de esa terminología; de esta manera, serían: Ladrillo Hueco Cuádruple –LHC– (18cm, 19cm o 20cm), Ladrillo Hueco Triple –LHT– (10cm, 11cm, 12cm o 15cm), Ladrillo Hueco Doble –LHD– (7cm, 8cm o 9cm) y Ladrillo Hueco Simple –LHS– (4cm, 5cm o 6cm). Dentro del concepto de ladrillo hueco simple existe la denominación llamada ‘rasilla’ que se utiliza para aquellos que son especialmente estrechos (aunque no hay un punto a partir del cual se consideren siempre así, pero normalmente son de 4cm o menos –3’5cm, 3cm y 2’5cm–). Dada la dispersión terminológica existente, hay incluso fabricantes que llegan a llamar rasilla a piezas de 1cm, 1’5cm y 2cm que no tienen huecos por su testa, pero a consideración de este autor dicha denominación no es aplicable porque no son ladrillos sino un producto destinado a un uso diferente (se podrían denominar plaquetas). 2 Denominación de los ladrillos como ‘macizo-perforado’: Existe la tendencia errónea de denominar en muchos casos a los ladrillos perforados como ladrillos ‘macizo-perforados’, lo cual se da inexplicablemente también entre los técnicos, los cuales los nombran así en proyectos y en obras. Es decir, en función de sus características y volumen de huecos, un ladrillo será perforado o será macizo, pero no las dos cosas a la vez. Fig. 3: La falta de enjarje puede ser motivo de fisuraciones. El encuentro entre ladrillos de distinto formato y características aumenta ese riesgo. En la imagen se aprecian trabas defectuosas y la colocación de algunos LHD en sentido vertical.

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