Consideraciones de recepción y puesta en obra de la carpintería interior. PC-2

DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN pág. 5 PARTICIONES – Recepción y puesta en obra de la carpintería interior (Pc-2) Una vez colocada la hoja, se comprobará que la misma encaja bien y que se apoya en el galce de manera continua. En caso contrario, se realinearán los herrajes y se ajustarán para conseguir que la holgura entre hoja y marco sea inferior a 3mm y que la diferencia de planeidad sea menor a 1mm. Si fuera preciso, se podría cepillar y lijar la hoja varios milímetros para evitar la existencia de roces o encajes muy ajustados (siendo muy cuidadosos para evitar la aparición de astillamientos o levantamientos de la chapa). Los herrajes de manejo (pomos, manivelas, tiradores…) y de seguridad (pestillos, pasadores…) se suelen colocar entre 1,05m y 1,20m aprox., siendo los últimos solo alojados en las puertas de baños, aseos y algunos dormitorios. El orificio para su inserción debe hacerse en el bastidor de la hoja sin llegar al alma. Una vez finalizada la colocación de las demás piezas, llega la hora de situar los tapajuntas, los cuales suelen ser de 70, 80 o 90mm de ancho, si bien los hay de dimensiones mayores o menores. La sección de los mismos puede ser plana (entorno a 14mm de espesor) o moldurada (entre 15 y 18mm de espesor normalmente). Habitualmente, el encuentro en las esquinas superiores se ha realizado siempre a inglete, si bien, conforme se extiende la sección plana se usa también la colocación a tope o a la americana {ver Figura 7}. Cuando coincidan dos puertas en paredes perpendiculares, es conveniente que la distancia final de ellas a la arista del rincón sea mayor a 8cm para que no sea necesario cortar los tapajuntas. La pieza superior horizontal del tapajuntas es importante que esté nivelada, así como las verticales aplomadas, porque en caso contrario parecería que la puerta está girada o inclinada. La fijación de los tapajuntas debe de hacerse con grapas o saetines, y al tresbolillo, utilizándose una pistola neumática (en los extremos deben de clavarse en más número para dar mayor resistencia). Al no tener cabeza, se permite que puedan cubrirse con una masilla del mismo tono que la madera y pasen desapercibidos. Otra opción es colocar los tapajuntas con poliuretano, pero tiene el inconveniente que en caso de ser necesario que éstos se retiren más adelante, la operación resulte menos fácil. El uso del poliuretano también es más lento pues necesita la utilización de presillas o gatos mientras la espuma se endurece. Con cualquiera de los dos métodos hay que comprobar que queden perfectamente enrasados con el marco y con el revestimiento de la pared. Las últimas operaciones de montaje son el barnizado o lacado, así como la colocación de los vidrios (normalmente decorativos –biselados, mateados, coloreados u otros–); es el caso de puertas vidrieras, como las de salón {ver Figura 8}. El barnizado puede venir de fábrica o efectuarse/rematarse en obra, conforme los gustos estéticos (mate, brillo o satinado) y la calidad o prestaciones que se le pidan (barniz alquídico, de poliuretano, acrílico…). ❖ Control de ejecución y de la documentación Durante la ejecución, los suministradores facilitarán a la dirección facultativa toda la documentación de los materiales entregados, los cuales cumplirán con los requisitos mínimos especificados en proyecto, así como del resto de condicionantes técnicos y cualidades exigibles (los cuales serán avalados por los correspondientes ensayos y fichas de características técnicas). Deberán proporcionarse también los datos del Marcado CE, así como los relativos a la Marca AENOR, al sello de calidad AITIM o a la certificación PEFC, según procediera. En general, el seguimiento documental se hará mediante el control de la documentación de los suministros (albaranes de entrega, etiquetados, certificados de garantía y autorizaciones administrativas), control mediante distintivos de calidad (como por ejemplo los antes indicados) o mediante las pruebas y ensayos que se establecieran. El control de ejecución en sí, estará secuenciado y caracterizado en el Plan de Control de Calidad de la obra, en donde se especificarán los ítems de testeo/verificación, los lotes de muestreo estadístico y los criterios de aceptación/rechazo. En el proceso de control de ejecución es importante tener un mínimo de experiencia, de forma que puedan preverse o detectarse puntos críticos en la confluencia de la carpintería con otros elementos aledaños {ver Figura 9} que puedan distorsionar la calidad final del conjunto (con techos, suelos, rodapiés, distancias a sanitarios e instalaciones, etc.). Fig. 7: Colocación de tapajuntas plano a tope. La pieza superior se le ha dotado de un sobre-ancho en semicírculo. Fig. 8: Puerta vidriera de salón de dos hojas con diferente ancho Fig. 9: Encuentro entre carpintería y una pared dejando una holgura excesiva entre ambos elementos.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjE1NjQwNw==