54 • Se puede establecer que el oficio de albañil, con un 50% de accidentados, es el más afectado por la siniestralidad mortal en edificación. Este dato está vinculado al hecho de que el oficio de albañil es el más común en obras de edificación y de que su ayuda y concurso son necesarios en diversas fases de obra. Nuestro estudio constata que dos tercios de los accidentes mortales sufridos por albañiles se produjeron en fases de obra distintas a la de albañilería. Por tanto, se debería incidir en una intervención firme y efectiva en materia de prevención y seguridad dirigida al gremio de albañiles, lo cual contribuiría a reducir los índices de siniestralidad en edificación. • De los datos relacionados con el perfil del accidentado, destaca el hecho de que mayor porcentaje de accidentes laborales mortales en edificación se da entre trabajadores cualificados. Un 71% de los accidentes mortales afectan a oficiales, encargados y constructores, es decir, personal con supuesta cualificación y con responsabilidades en la obra. • En cuanto a las causas de los accidentes debemos destacar que los grupos que acumulan la mayor cantidad de causas son por este orden: el de factores personales/individuales, el de condiciones de los espacios de trabajo y el correspondiente a la organización del trabajo. Estos datos se pueden relacionar con una falta de cultura preventiva en todos los niveles de la estructura productiva del sector desde el trabajador hasta la gerencia (tabla 9). Como conclusión final, podemos decir que el personal cualificado y más en concreto el perteneciente al oficio de la albañilería, es el más afectado por los accidentes laborales mortales en edificación y que la forma predominante de dichos accidentes es el aplastamiento como resultado de una caída. Dichos accidentes se producen, mayoritariamente, por el borde de la edificación. Se debería profundizar en la divulgación tanto de los procedimientos de trabajo de los albañiles, como de las buenas prácticas del oficio en todas las fases de obra en las que interviene. Este esfuerzo de divulgación compete especialmente a las empresas, ya que difícilmente se puede prever el riesgo sin haber estudiado debidamente un procedimiento de trabajo. También se debe intensificar el seguimiento y control de todos los trabajos de albañilería y el trabajo en altura, con implicación de todos los agentes que intervienen en el proceso edificatorio. El hecho de que la mayoría de los accidentes laborales mortales afecten a personal cualificado y con responsabilidad en la obra (oficiales, encargados y constructores) nos permite concluir que existen carencias de formación. Sería conveniente instaurar en el sector un sistema reglado de cualificaciones profesionales que asegure la adecuada y suficiente formación del personal, de forma que la categoría profesional no dependa únicamente de la “experiencia” aportada y de la decisión del empresario. También es un factor determinante del elevado índice de accidentes laborales mortales entre el personal cualificado, así como de la edad de los accidentados, el exceso de confianza frente al riesgo de dichos trabajadores. Este exceso de confianza se deriva del hecho de que durante años han estado expuestos a las mismas condiciones de trabajo y a los mismos riesgos sin que se hayan producido accidentes graves o mortales, lo que lleva a una disminución de la atención y a adoptar una actitud de acomodamiento ante el riesgo.
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