48 Entendemos que se debería profundizar en la divulgación tanto de los procedimientos de trabajo de los albañiles, como de las buenas prácticas del oficio en todas las fases de obra en las que interviene. Este esfuerzo de divulgación compete especialmente a las empresas, ya que difícilmente se puede prever el riesgo sin haber estudiado debidamente un procedimiento de trabajo. Teniendo en cuenta las categorías profesionales de los trabajadores víctimas de accidentes mortales en edificación, que en un 70% son oficiales, constructores y encargados; determinamos que, en este personal cualificado (al que se le supone formación adecuada), se producen una serie de circunstancias que hacen que el riesgo se incremente. Dichas circunstancias podrían residir en una formación inadecuada y en un exceso de confianza frente al riesgo, pues durante años dichos trabajadores han estado expuestos a él. De los datos del estudio se infiere que se debería intensificar el seguimiento y control de todos los trabajos relacionados con los medios auxiliares y equipos de trabajo en altura, con implicación de todos los agentes intervinientes en el proceso edificatorio. Como conclusión final indicar que en la práctica totalidad de los accidentes analizados, si se dispusieran de unas medidas preventivas acordes a los riesgos que han dado lugar a los accidentes, se hubieran podido evitar o controlar los mismos. En este sentido tiene una especial significación la no presencia efectiva de los recursos preventivos detectada en un número significativo de casos, precisando que ésta es una medida preventiva complementaria a otras y que no puede sustituir a las preceptivas medidas de protección.
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