Fachadas especiales: tipos y características generales. FE-1

pág. 2 DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN FACHADAS – Fachadas especiales: tipos y características (Fe-1) El dimensionamiento de la propia fachada (como en el caso de los cerramientos acristalados) ante los agentes externos –presión del viento o cambios térmicos–, es de mucha importancia para que esté suficientemente considerado desde la fase de concepción. En este sentido, los cálculos de los pesos y las acciones sobre las estructuras deben ser especialmente considerados en variantes como las fachadas pesadas. Una problemática que también se da en ciertas situaciones, es la de no recurrir a patentes y sistemas constructivos existentes en el mercado y que cuenten con la suficiente experiencia. El intentar croquizar y configurar encuentros y puntos singulares en fachadas tan específicas y complejas hace que se caiga en errores y omisiones que pueden llegar a ser muy problemáticos y costosos. Por dicho motivo es conveniente además dirigirse a fabricantes que cuenten con un DIT, DAU o DITE (según el caso) como manera de asegurar el buen comportamiento de la solución constructiva elegida; si, además, ésta cuenta con un sello de calidad, mucho mejor. LESIONES Y DEFICIENCIAS Debido a la heterogeneidad de las soluciones constructivas que hay, no existe un conjunto de lesiones bien definidas que puedan indicarse de manera unívoca. Sin embargo, como ocurre en las fachadas convencionales, sí existen unas patologías que son más preeminentes: las humedades y/o filtraciones. El deficiente acople entre piezas, un ajuste no correcto entre elementos o el sellado mal realizado entre uniones, pueden ser suficientes para que el agua haga acto de presencia en este tipo de fachadas. La existencia de detalles constructivos bien desarrollados, la elección de materiales específicos y con características concretas, son fundamentales para asegurar un buen resultado y una vida útil adecuada, además de minimizar las situaciones indicadas en el párrafo anterior. Otras posibles patologías, en menor grado, pueden ser desprendimiento/rotura de piezas y fisuras en ciertos elementos. RECOMENDACIONES TÉCNICO-CONSTRUCTIVAS ❖ FACHADAS SOLARES PASIVAS ➢ Muros Trombe Se trata de un sistema de calentamiento solar pasivo indirecto que Edward Morse diseñó en 1881. Sin embargo, no fue hasta los años 60 del siglo pasado cuando el ingeniero Felix Trombe lo actualizó y empezó a darle un uso real. Su funcionamiento se basa en el efecto invernadero, estando la capa exterior de la fachada formada por un vidrio, y después de él, una cámara de aire y luego un elemento confinador o pared de masa. En función de las necesidades, este vidrio puede ser simple o formado por un doble acristalamiento (mejor para zonas frías), que podría ser mejorado utilizando un vidrio bajo emisivo. Estas fachadas deben estar orientadas al sur y el muro base (pared de masa) debe ser de importante grosor y densidad para permitir la captación y acumulación de la energía solar recibida por radiación y calentamiento. Para un mejor funcionamiento, hay que tener la precaución de pintar de color oscuro dicho muro para poder captar una mayor cantidad de energía. Se trata de una solución que puede ser interesante de considerar para edificios a rehabilitar y donde quieran incorporarse estrategias solares pasivas u otras medidas que surjan de las auditorías energéticas. En función de las características de la edificación, su ubicación y orientación, será necesaria una mayor o menor área acristalada y un espesor de cámara diferente. La cámara de aire, como término general, debe estar comprendida entre los 9 y los 15cm, pero hay que tener en cuenta que espesores de cámara de más de 10cm reducen el almacenamiento de calor (aumenta la convección térmica en el interior). Por otra parte, anchos de cámaras de más de 90-100cm desvirtuarían su funcionamiento y deberían ser considerados como ‘espacio tampón’ (especie de invernadero adosado no habitable). En los diseños que se efectúan, no siempre se prevé la forma de limpieza de la cámara de aire, lo cual sí se sería más conveniente si ésta fuera ventilada. En este sentido, los muros trombe ventilados serían más apropiados para edificios de utilización alterna (p.ej.: comercial o administrativo) o con paredes de masa delgada. Por el contrario, los muros trombe no ventilados1 pueden ser más convenientes en edificios de utilización continua (viviendas) debido al retardo de la radiación al interior del edificio. En las soluciones ventiladas, a las paredes de masa hay que dotarles de orificios de termocirculación con el interior de la edificación, las cuales serán necesario definir y calcular. También puede evaluarse la aplicación de superficies espectralmente selectivas para aumentar el rendimiento de éstas. Dichas superficies son capas especiales adheridas al plano exterior del muro (hoja de metal de cobre-cromo) para conseguir una mejor absortividad. 1 Para ciertos autores, los muros trombe deben ser ventilados (conexión entre cámara y el interior). Cuando no son ventilados prefieren utilizar la denominación de ‘muro solar’. Ver esquema siguiente de este Documento.

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