Consideraciones generales energéticas aislantes. FA-1

FACHADAS – Consideraciones generales energéticas y aislantes (Fa-1) DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN Sin embargo, en los últimos años debido a una mayor sensibilidad mundial en la que se aboga por una reducción de las emisiones de CO2 y por una mayor eficiencia energética del parque inmobiliario, así como por la proliferación de convenios y tratados, ha cambiado ese paradigma y la población ha pasado a ser más exigente en esta faceta. España, fruto de esa nueva visión, se comprometió a unas mayores prestaciones con la aparición del CTE en 2006, que ha venido a completarse y afianzarse últimamente con la inclusión en el mismo, del Documento DB-HE-0 en septiembre de 2013 y otros cambios en el DB-HE-1. El citado cambio normativo ha incrementado de manera significativa la exigencia para la protección térmica de los edificios, llegando a duplicarla para los ya existentes e incluso triplicar dicha exigencia para los de nueva construcción, según las zonas o áreas en que estemos. Así pues, el reto en los próximos años será conseguir dicho objetivo, momento en el cual muy probablemente se vean disminuidas también las deficiencias y carencias de aislamiento que ahora nos caracterizan. En definitiva, el panorama actual y futuro de las viviendas en relación con el aislamiento y la demanda energética es muy diferente del que hemos tenido hasta hace relativamente poco. En este sentido, la implementación de la Directiva de Eficiencia Energética, la certificación energética de los edificios y los últimos cambios introducidos en el CTE/HE-2013, harán que la calidad y eficacia del parque edificatorio sea muy diferente dentro de unos lustros. RECOMENDACIONES TÉCNICO-CONSTRUCTIVAS ❖ Aspectos generales Un buen diseño y cálculo del aislamiento térmico, así como de las instalaciones térmicas y las de apoyo, son decisivos para conseguir edificios de consumo casi nulo (NZEB en por su siglas en inglés); recordemos, que este es un objetivo para el año 2020. En este sentido, debemos de valorar mucho las soluciones constructivas que conceptuamos y llevamos a cabo porque tenemos que ser conscientes de que necesitamos reducir la demanda energética de nuestros edificios de forma muy significativa. Como se ha dicho, la irrupción del Documento Básico HE-0 ha marcado un antes y un después en este sentido. Las exigencias proyectuales en materia de aislamiento térmico en los edificios de las últimas décadas fueron poco exigentes, la verificación del cumplimiento de la norma era muchas veces realizada con poco rigor y escasa precisión con la obra finalmente ejecutada, por lo que era habitual encontrar edificios muy distintos con el mismo estudio energético. De igual modo, en muchos casos no existió un planteamiento decidido en materia de ahorro energético, que junto con la escasa definición que existía en ocasiones, hacía habitual en obra la colocación de aislantes de una forma rutinaria, según la oferta del mercado. Como se ha indicado, patologías –entendidas como lesiones o daños apreciables y evidentes de nuestras construcciones– hay pocas en esta unidad de obra, en comparación con otras. Los problemas derivados del mal aislamiento suelen traducirse en deterioros de los acabados interiores, siendo las condensaciones superficiales las más representativas. Llegados a este punto, deberíamos preguntarnos ¿cuáles son las causas que motivan las condensaciones superficiales en el interior de los edificios nuevos o de reciente construcción? A nuestro entender, se trata de la confluencia de varios factores, los cuales pueden ser: a)-Uso inadecuado de la vivienda o diferente uso al previsto en el proyecto del edificio; p.ej.: ▪Los dormitorios no se ventilan o se ventilan poco, por lo que la humedad interior se incrementa con el paso de los días, llegándose a valores superiores a los recomendados. ▪Las costumbres de los usuarios han evolucionado hacia la ocupación temporal de sus hogares, lo que hace que después de estar la vivienda vacía casi todo el día, al llegar a casa se coloque la caldera a máxima potencia, provocando un salto térmico importante y en poco periodo de tiempo. ▪Concentración de tareas productoras de mucha humedad en el interior 1 (ducha, cocina, lavado, planchado…), que incrementan a la propia de la respiración de personas y plantas. b)-La mejora de las carpinterías ha aumentado la estanqueidad y ha llegado a eliminar la renovación no consciente del aire de las estancias. c)-La existencia de puentes térmicos y/o zonas frías, especialmente cuando mejor aislado esté el edificio en general y se den condiciones de humedad interior elevada o de choque térmico. Los requerimientos normativos para los proyectos actuales vienen a resolver estas problemáticas: la limitación de la demanda y el consumo energético (HE-0 y HE-1) exigen la reducción e incluso la anulación de los puentes térmicos tradicionales. Adicionalmente, existe la exigencia de conseguir un aire interior libre de contaminantes (HS-3), que se incrementa con la necesidad de prescribir la renovación continua del aire interior, por lo que las condensaciones dejan de producirse pues se eliminan las zonas frías y se ventila suficientemente. Pensando también en la optimización de la energía consumida, se hace necesario considerar recuperadores de calor en las aberturas de extracción. 1 Emisión de humedad por cada hora (en gramos): Persona en reposo: 30g ; Persona con actividad ligera: 60g ; Centrifugación de ropa: 200g ; Lavado de ropa: 300g ; Ropa empapada: 500g ; Cocinar: 1000g ; Ducha: 2600g. Por otra parte, una familia de 3 personas puede generar en un solo dia unos 12 litros de humedad. pág. 2

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