pág. 3 DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN ESTRUCTURA – Soportes/Pilares de hormigón armado (Eh-4) LESIONES Y DEFICIENCIAS A continuación se describen brevemente algunas de las lesiones que nos encontramos en los soportes de hormigón armado, si bien algunas de ellas no presentan problema de seguridad estructural, si pueden afectar en el aspecto funcional o estético. Coqueras o nidos de grava El vertido se ha segregado por presentar una granulometría con excesiva cantidad de árido grueso, por la falta de estanqueidad de los encofrados o por vibrados excesivos con la perdida de lechada. Fig. 5. Nidos de grava en soportes Retracciones del hormigón: La retracción del hormigón se produce como consecuencia de la reducción de volumen por la pérdida de agua durante la fase de fraguado o endurecimiento. Para que el hormigón del soporte llegue a fisurar, su movimiento debe hallarse restringido, en este caso por los estribos. Cuanto mayor sea la relación agua/cemento mayor será la retracción, ya que mayor será la cantidad de agua a evaporarse. Este efecto se ha incrementado ostensiblemente en los últimos años porque cada vez se utilizan hormigones más resistentes que liberan más calor durante su endurecimiento. Los factores que inciden sobre la posibilidad de fisuras por retracción en este elemento estructural, entre otros, se encuentran: la pérdida de agua por evaporación, curados inadecuados, viento y soleamiento, excesiva relación agua/cemento, granulometría que no minimicen la superficie específica, etc. Las fisuras de retracción plástica se producen en las primeras horas del fraguado del hormigón (1 a 6 horas), pudiendo prolongarse hasta varias semanas. Las de retracción de secado o hidráulicas se producen durante la fase final de su proceso de endurecimiento, suelen aparecer a las dos o tres semana del vertido, llegando en condiciones normales al año, retardándose a veces hasta los dos o tres años. Si bien este tipo de fisuras no crea una merma significativa de la capacidad resistente, si puede disminuir la durabilidad al permitir el acceso de agentes externos o la humedad al núcleo del hormigón y/o al acero, lo que puede provocar el inicio de la degradación del elemento estructural. Fig. 6. Fisuración por retracción en soportes Fisuración por corrosión de la armadura Si el acero no está adecuadamente protegido por el hormigón, al perder éste su capacidad pasivante por la carbonatación (pH menor de 9), se corroe y aumenta de volumen, fisurando e incluso desprendiendo el hormigón de recubrimiento de dichas armaduras. La carbonatación comienza sobre la superficie del hormigón y se propaga lentamente en profundidad. El método utilizado para determinar la profundidad de carbonatación es el conocido como “test a la fenolftaleína”, que muestra un color fucsia intenso la zona no carbonatada. Fig.7. Carbonatación del hormigón. Test a la fenolftaleína FRENTE CARBONATACION: Profundidad 2,4 cm FRENTE CARBONATACION: Profundidad 2,4 cm
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