• Las ganancias y pérdidas de energía producidas por el intercambio de aire con el exterior debido a ventilación e infiltraciones teniendo en cuenta las exigencias de calidad del aire de los distintos espacios y las estrategias de control empleadas. • Las necesidades de los servicios de calefacción, refrigeración, ACS y ventilación, control de la humedad y, en usos distintos al residencial privado, de iluminación. • El dimensionado y los rendimientos de los equipos y sistemas de producción de frío y de calor, ACS, ventilación, control de la humedad e iluminación. • El empleo de distintas fuentes de energía, sean generadas in situ o remotamente o procedentes de biomasa sólida, biogás o gases renovables. • Los coeficientes de paso de energía final o energía primaria procedente de fuentes renovables o no renovables. • La contribución de energías renovables producidas in situ o en las proximidades de la parcela o procedentes de biomasa sólida, biogás o gases renovables. De la anterior cita textual, es fácil interpretar el modelado energético como la opción de referencia, ya que claramente se anticipa como la opción que más garantías aportará sobre la certidumbre final de los datos de consumo calculados, a los que el proyectista se va a comprometer por escrito. Téngase en cuenta siempre, que la actual versión de la normativa ya reconoce conceptualmente al ECCN (Edificio de Consumo Casi Nulo), por lo que el compromiso con los futuros propietarios y/o usuarios de las edificaciones adquiere digamos mayor tono. Esta última es la razón que nos motiva a los autores de esta guía para recomendar la máxima exigencia y el mayor esfuerzo de aproximación a la realidad posible en el cálculo de estas variables, puesto que, más allá de una mera justificación normativa, se está adquiriendo, como ya se ha dicho, un compromiso a largo plazo sobre el comportamiento energético y consumo final de lo ejecutado materialmente. Para ello, se hace totalmente necesario el uso de aplicaciones informáticas con la suficiente capacidad para llegar a este resultado final. En el momento de redacción de esta guía ya se cuenta en el mercado con varias herramientas de mayor o menor capacidad, todas ellas de libre distribución y con distintos motores de cálculo que no tienen por qué ser excluyentes. Entendemos que estas herramientas son complementarias las unas con las otras buscando el mejor fin y la mejor aproximación a esa realidad energética futura solicitada por la normativa. Evidentemente, el técnico deberá escoger una herramienta en concreto para certificar los conceptos ya expuestos por la normativa, pero eso no impide que pueda utilizar otras que, siendo también válidas, le aporten mayor confianza, por ejemplo en cuanto a los cálculos previos y comprobaciones que todo análisis energético suele requerir. Finalmente, y para cerrar este capítulo, recomendamos el uso de herramientas informáticas que aporten la mayor confianza y seguridad al técnico, puesto que será su experiencia práctica, tras muchos años de ejercicio profesional, la que validará una u otra hipótesis energética. 57 PARTE 1.ª INTRODUCCIÓN A LA SITUACIÓN ACTUAL CAPÍTULO 3.º PRINCIPIOS EN MATERIA DE EFICIENCIA ENERGÉTICA EN EDIFICACIÓN
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