pág. 5 DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN CIMENTACIÓN – Soleras de hormigón (Cs-3) ❖ Armado de soleras • Soleras de hormigón armado con juntas: la armadura se situará en el tercio superior y a unos 50 mm de la superficie, sobre calzos o celosías prefabricadas para ello. Habitualmente se utilizan mallas electrosoldadas ME 15x15Ø6-6 B500T (UNE 36092:96), con una cuantía geométrica comprendida entre el 0,07% y el 0,1%, siendo el solape entre barras o mallas de 30 Ø, con un mínimo de 450 mm. La armadura de la malla debe interrumpirse en la zona próxima a la junta de contracción o retracción, quedándose retirada a unos 70-80 mm de la misma. • Soleras de hormigón armado con fibras: se están utilizando en la actualidad la adicción de fibras con el objetivo de conseguir un hormigón más homogéneo, con retracción controlada y mejores condiciones mecánicas (tracción, fatiga e impacto). Las fibras pueden clasificarse en: - Fibras poliméricas (polipropileno, poliolefina, etc.) utilizadas exclusivamente para controlar la retracción. - Fibras de acero, además de controlar la retracción contribuyen a aumentar la capacidad mecánica del hormigón. • Soleras de hormigón armado continuo: se utiliza una mayor cuantía de armadura, en relación con las soleras armada con juntas, al objeto de no disponer juntas transversales, provocando fisuras transversales a distancias próximas (0,50-2,50 m), manteniéndolas con una abertura inferiores a 0,50 mm. El armado se realiza tanto en la cara superior como en la inferior, reforzando las zonas de otros elementos rígidos (pilares, sumideros, arquetas), con la colocación de una armadura a 45º (perpendicular a la tensión de tracción producida por la retracción). ▪ Soleras de hormigón pretensado: mediante postesado con armaduras activas dispuestas en vainas se pretensa la solera, sometiéndola a compresión y consiguiendo neutralizar las tracciones ocasionadas por la retracción del hormigón en la fase de secado, gradientes térmicos y cargas que actúen sobre la solera, controlando de esta manera la aparición de fisuraciones. ❖ Juntas Las fisuración de las soleras suelen aparecer por retracción o por alabeo. La retracción es la disminución del volumen del hormigón durante el proceso de fraguado del mismo, y se produce por la pérdida de agua (debida a evaporación). Dicha pérdida de volumen genera tensiones internas de tracción que dan lugar a las fisuras de retracción. La retracción depende de: - la cantidad de finos, - la cantidad y tipo de cemento empleado, a mayor resistencia del hormigón mayor va a ser la retracción, el hormigón en masa retrae más que el hormigón armado. - de la relación agua-cemento: no debe ser superior a 0,55. Los hormigones con relaciones agua/cemento mayores presentan, en general, mayor peligro de fisuración por retracción, peores resistencias, tanto mecánicas como al desgaste superficial, pudiéndose producir degradaciones incluso a corto o medio plazo - del espesor de la solera: cuanto menor sea el espesor la retracción crecerá, y cuanto mayor sea la superficie hormigonada la retracción aumentará, al aumentar las tensiones internas.. Para solucionar este problema se deben realizar cortes en la solera - y de la temperatura ambiental: a mayor temperatura mayor será la retracción del hormigón. No retrae igual una solera en el exterior en época estival que en un sótano ejecutada en una estación húmeda. Por ello se recomienda curar bien el hormigón (lacas de curado, riegos, etc.). Como se ha indicado anteriormente, si la solera dispone de armadura en su tercio inferior para absorber los esfuerzos a flexión de la pieza, el tercio superior al quedar en masa va a retraer más que si estuviera armado; por lo que lo podemos solucionar con un mallazo en su tercio superior o introduciendo en la masa del hormigón fibras de polipropileno o de acero. En caso de tener una solera de hormigón en masa la solución es la misma: mallazo en su tercio superior o añadir fibras de polipropileno a la masa del hormigón. El control de la fisuración por retracción en los elementos superficiales es de una extrema complejidad debido a la cantidad de factores que influyen en su formación. Con la colocación de las juntas se pretende colaborar en la disminución de la fisuración, siendo poco probable su total eliminación. El alabeo se produce por el gradiente de temperatura entre el fondo y la superficie de la solera, lo que produce alargamiento diferenciados entre ambas zonas, provocando un combado de los bordes o extremos acompañados de las correspondientes tensiones. El empleo de hormigones con excesiva relación agua/cemento, provoca un gradiente de humedad entre la parte inferior (mayor) y la superficie (menor), lo que genera el combado de la solera con el efecto de subida de los bordes.
RkJQdWJsaXNoZXIy MjE1NjQwNw==