Soleras de hormigón. CS-3

pág. 4 DOCUMENTOS DE ORIENTACIÓN TÉCNICA EN EDIFICACIÓN CIMENTACIÓN – Soleras de hormigón (Cs-3) RECOMENDACIONES TÉCNICO-CONSTRUCTIVAS ❖ Preparación de la explanada y capa base de apoyo de la solera: La compactación de la explanada (subbase) y de la base, en cada caso, constituye una operación básica para el buen funcionamiento de la solera, para ello se deberá realizar un ensayo de compactación, próctor normal o modificado, del material existente, para definir la densidad máxima y humedad óptima de compactación, y realizar el control de su ejecución mediante la realización de densidad in situ por el método de isótopos radioactivos. La densidad exigida en obra para la humedad óptima establecida debe alcanzar un valor de, al menos, el 95% de la densidad próctor. En aquellos casos en que el terreno natural no reúna las características mínimas exigibles (rellenos antrópicos, suelos blandos, expansivos, etc.), se deberá proceder a su sustitución o su estabilización. La capa base puede estar formada por: a) Materiales granulares: encachado de piedra o bolos, la zahorra natural y la zahorra artificial. La capa de encachado de piedra suele tener un espesor de 15 a 20 cm y un tamaño de árido comprendido entre los 40 y 60 mm, siendo recomendable su utilización en aquellos casos en que se requiera un buen drenaje, si bien tiene el inconveniente de presentar una superficie muy irregular. Para eliminar dichas irregularidades, en ocasiones, se extiende una capa de arena (20 y 40 mm espesor) sobre el encachado de piedra lo que permite conseguir una superficie más plana y uniforme, reduciendo así el coeficiente de rozamiento o fricción entre la capa granular y la solera, al objeto de minimizar las tensiones inducidas en el pavimento como consecuencia de los movimientos horizontales generados por la propia retracción o contracción del hormigón de la solera o por los cambios térmicos. Con el extendido de la capa de zahorra natural o artificial se consigue una buena nivelación de la superficie, pero no unas buenas condiciones de drenaje, por lo que, en ningún caso, se recomienda su empleo si el nivel freático se encuentra próximo a la superficie, ya que se pueden presentar humedades por capilaridad en los paramentos verticales (muros, cerramientos, tabiquería, etc.). Los espesores de las capas de zahorras se recomienda que no sean superiores a 25 cm. Fig. 7. Detalle encuentro solera con elementos de cimentación b) Materiales tratados con cemento: grava-cemento, suelo-cemento, hormigón compactado y hormigón magro, aportan una gran estabilidad y resistencia, lo que permite reducir el espesor del pavimento de hormigón. c) Materiales de relleno de baja resistencia controlada: morteros espumados y los de estructura celular. ❖ Lámina de polietileno La puesta en obra de esta lámina tiene, entre otros, los siguientes cometidos: - Separar el hormigón de la solera del encachado de piedra, para evitar que se mezclen y reducir el rozamiento entre ambos. - Evitar la pérdida del agua del hormigón durante su puesta en obra. - Aislar el pavimento de la humedad natural procedente del terreno, para ello será necesario disponer de un adecuado solape entre las láminas (50 cm). No obstante, el uso de la lámina bajo la solera de hormigón debe quedar limitado a aquellos casos en que las ventajas que aporta compense el riesgo de aumentar las posibilidades de fisuración y/o de alabeo de las zonas extremas de los paños, como consecuencia del aumento de la exudación. En el caso de optar por su colocación, para reducir dicho riesgo se puede cubrir la lámina con una capa granular (≈10 cm) previo al vertido del hormigón. Esta lámina no puede considerarse nunca un sistema de impermeabilización.

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